martes, 10 de febrero de 2009

Colección, predilección









(fotos de pitufos y estampillas: Damián Miroli)

Una vez, cuando era niña, un amigo me mostró un pequeño cofre en el que guardaba su colección de diminutos chicles frutales, todos irreversiblemente masticados por él. Eran amasijos breves, como de plastilina lustrada, dispuestos en el terciopelo oscuro del recipiente como pequeñas moles de colores cristalizadas. Ni él ni yo necesitamos dar un nombre al asunto. Pero ahora me doy cuenta de que mi amigo abría desde su cofre un pliegue más en mi percepción de las cosas. Nada más y sobre todo nada menos.
Debo confesar que este suceso estuvo muy bien guardado entre mis recuerdos hasta hoy, día en que casi termino este escrito. Éste y otros hallazgos en mi memoria fueron apareciendo desde que me he concentrado en comprender por qué me maravilla tanto la acción de coleccionar. Esa especie de fervor del que hasta ahora no he sido asidua exponente, no tanto como mi sobrino Santiago, que gusta de recolectar dinosaurios de pequeño formato; ni como mi novio Mateo, que atesora catálogos de arte y juguetes; o como Lola, la mamá de Mateo, que apila latas dibujadas y también imanes de heladera; y mi amiga Antonella, con su predilección por los dibujos miniatura de papeles imprevistos.

El hallazgo de este nicho de maravilla apareció casi eventualmente, mientras estaba empeñada en buscar soportes visuales para mis posteos del blog Mona y, sobre todo, luego de ver una instalación sonora, minuciosa y múltiple de Leopoldo Stol y Juan Diosque llamada “Recuerdos del futuro”. En ella los artistas ofrecían a los espectadores un muestrario de objetos personales, a veces fragmentos, pequeñitos componentes de algo muy querido como una caja de marcadores de colores, stikers, posters, envases, juguetes, herramientas, un sinnúmero de seres íntimos.
Comencé a gustar más que nunca del hologramático efecto de lo uno y de lo múltiple, de lo que es similar pero es también diferente, de lo que se reúne y se resguarda, del espacio recreable en la dimensión de una caja de zapatos.
La sensación de la feria de pulgas, la idea del recorte que subraya cada detalle, trajo a mi cabeza el tema de la colección, un quehacer que coquetea con viajes hacia el pasado y con espacios utópicos.




Tiempo y colección
Colección es reunión, con una especial preocupación por el tiempo. Hay un impulso protector.
La colección tiene una doble intención de resguardo: de lo común; de lo particular.
Colección es predilección.




El lugar de los matices

Mucho de lo similar nos gusta en toda su particularidad. La idea del matiz cobra una fuerza que revierte sobre la generalidad, sobre lo común y lo repetitivo, para resguardarlo en toda su diversidad. Cantidad en cualidad.

El anfitrión


Hay con todo, detrás, o debajo, o por encima de toda colección, una voluntad de reunir. La mirada que unifica y celebra la juntada en toda su variedad de acontecimiento conceptual.
Apropiación sistemática. Se trata de un trabajo con el espacio y con el tiempo. Preparar un espacio para la contemplación de un todo diverso. Un cofre, una puerta de heladera, un cajón, una pared. Recortar acontecimientos y disponerlos para que sean puntos de acceso. Generar el micro espacio de muestra íntima.
Una imagen que refuerza la idea de colección es la que conlleva su variante vegetal, la antología. Lo que se ha asimilado primitivamente a una guirnalda o a un ramo de flores, donde cada individuo es un suceso digno de ser contemplado como una particularidad del todo, es lo que también expone la existencia de una voluntad de reunión, intento de recorte conceptual, de elaboración y de conservación de lo que se ha reunido.

Como el arte, utopía estética

Y hay más. La acción de coleccionar trae implícita una declaración de principios respecto de lo que sea el concepto de género, el cual estalla en tantas definiciones como posibles colecciones hay.
Sí, la elaboración minuciosa de la colección opera desde una subrepticia teoría de la clasificación. Elementos que pensamos como pertenecientes a una serie (individuos de géneros): latas, catálogos, dinosaurios, tapitas, envases, monedas, discos, instrumentos, son de algún modo ubicados en diagramas de acuerdo a criterios de selección y de clasificación que pueden ser de lo más insólitos. Operaciones que tantas posibilidades creativas y perplejidades encuentran también en las formas textuales catálogo y lista. Especies literarias que pueden llevar al límite nuestra capacidad de crear espacios de reunión imaginarios. Y hago aquí una reverencia al Foucault de Las Palabras y las cosas, con quien comparto la risa pero también la inquietud ante lo insólito de ciertas clasificaciones.

Igual que ese niño de mi infancia, que ponía a resguardo del tiempo su repertorio de chicles masticados, la acción de coleccionar opera desde una sistematicidad y un impulso recreador que permite lo no-categorizable una y otra vez.

Es esta potencialidad de realizar espacios extraordinarios y ordenamientos asombrosos la que me une en fervor a quienes intentan colecciones. Es su utopía estética (¿o heterotopía tal vez?). De nuevo Foucault.

Veo al coleccionista como el artista de un orden potencialmente exótico. Soberano de un espacio extra-ordinario construido por él mismo. Un lugar donde la noción de género es definida en un acto subordinado al placer. Acción que convierte a la clasificación misma, es decir, a la categoría construida, en un individuo más en el mundo de los matices. Una flor más de un ramillete inclasificado.

7 comentarios:

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    > colección de virus informáticos
    >> www.ciberzoo.org

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  5. ¡Qué emoción! el primer spammer que visita este blog.
    hola spammer solitario, ¡genial el cyberzoo!hice el tour. a algunos bichitos me los llevaría a casa , si no fueran tan propicios al caos: los exquisitos lsd, y HLC-Globe-8001B, los juguetones Virus Marburg y W32/Magistr-A. Una pinturita!
    un comentario inesperado el suyo, por cierto, como las apariciones del chapulín colorado.Abrazo.

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  7. bienvenido otra vez!, ud y sus comentarios visuales, sr spammer.
    ¿los spams estarán propiciando una nueva era de "comentarios"?

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